Yo soy Janet Vasconzuelo

Nacimiento: 04 de julio de 1969
Posición: Líbero
Club donde me inicié: JUCU (Perú)
Clubes que representé:
CISODEC (entrenamientos)
JUCU
Real Independencia
CCC
Alianza Lima
Cristal-Bancoper
Regatas Lima
Sipesa
Circolo Sportivo Italiano
Mi debut oficial con la selección: Juegos Bolivarianos (Cuenca - Ecuador) 1985
Janet Vasconzuelo nos cuenta su experiencia en el voleibol:
¿Cómo descubriste el gusto por esta disciplina, a qué edad y en qué circunstancia?
Lo descubrí viendo el Mundial de Vóley de 1982 realizado en nuestro país, de ahí como que hubo una fiebre positiva por el vóley. En mi barrio un chico llamado Juan Chumpitaz ponía una net donde nos poníamos a jugar, poco a poco me fue gustando este deporte y jugaba todos los fines de semana, generalmente nos enfrentábamos a otros barrios y cada vez se hizo más competitivo.
¿Cuéntanos cómo se dio tu paso a la Selección Peruana?
Yo tenía 13 años, aunque parezca mentira, empecé muy tarde. Jugando por mi barrio conocí algunas chicas que estaban en el club CISODEC, de San Martín de Porres, recuerdo que iba a entrenar a ese club muy emocionada y de repente el club se desintegra y yo me quede muy triste, pues tenía muchas ganas de seguir aprendiendo.
Por esas fechas, Omar Oupaza, entrenador que alguna vez vi, me ubicó y me preguntó si quería jugar por el club JUCU, a dónde él pertenecía. Él habló con mis padres, pidiéndoles autorización para entrenar en el club; como yo era menor de edad me recogían y me traían a mi casa; entrenaba lunes, miércoles, y viernes.
Ya estando en el nuevo club me enteré que Rosa García había salido de ahí, eso fue un aliciente muy grande para mí. Mis entrenamientos fueron con Noé Paredes, a medio año de haber ingresado ya estaba jugando en el equipo; me acuerdo que quería jugar en categoría Mayores y no me dejaban, no me acuerdo muy bien como fue ese tema, pero de lo que si sé es que todo fue muy rápido; jugando en la categoría Menores me premiaron junto a Sonia Ayaucán como las mejores y nos sirvió para que nos convocaran a la Selección de Menores donde estaba Miriam Gallardo, Gaby Pérez, María Arenaza y Cecilia Aróstegui. Recuerdo que por esas fechas faltaba muy poco para el Campeonato Sudamericano de esa categoría, yo sabía que estaba en el equipo como invitada pero no me importaba, solo quería aprender más, cuando llegó diciembre escuchaba a los entrenadores hablar que no sabían que hacer, decían que había superado en mi juego a muchas compañeras pero que no podían sacarlas porque venían entrenando más tiempo que yo.
Desde 1984 pase de una Selección a otra y cada vez estaba más cerca de entrenar con las jugadoras que veía por la televisión, fue todo muy rápido, un sueño del cual no quería despertar. Por esa época solo pensaba en entrenar duro para estar en la Selección de Mayores, eso si fue un reto mayor, por las grandes jugadoras que habían en ese momento.
Denise Fajardo, sin saberlo, fue la persona que hizo que yo confiara en mi defensa y de ahí solo pensé en quedarme en la Selección; miraba las puntas y veía que no tenía espacio y solo me quedaba competir por los espacios de Luisa Cervera y de Alejandra de la Guerra. A mi edad no sabía la gran importancia que implicaba unas olimpiadas, lo único que yo quería era aprender más para ir al Mundial Juvenil.
Cuando salió la lista de pre convocadas para participar en las Olimpiadas de Seul 88, me di cuenta, con mucha alegría, que yo estaba en la relación, sin embargo, tenía que competir con Alejandra, Sonia y Katherine; yo me sentía segura porque consideraba que tenía mejor defensa que Alejandra, en cambio, Sonia era mejor en la parte ofensiva que Katherine, no sé lo que paso, pero ni Sonia ni yo fuimos convocadas a las Olimpiadas. Pero eso no hizo que deje de esforzarme pues mi meta era el Mundial Juvenil de 1989 y sabía que solo demostraría que era mejor dejando todo en la cancha.
Carlos Aparicio me dio la capitanía del equipo juvenil, lo asumí con mucha responsabilidad y compromiso para respaldar su decisión; pues se suponía que la capitana sería Katherine Hornny por haber participado en Seúl y tener el apoyo de Mister Park, eso hizo que yo me esfuerce mucho más. Finalmente, Katherine quedó suplente en ese Mundial.
Dicho torneo fue lo mejor de mi carrera, nos tocó jugar con equipos grandes y llegamos a ubicarnos entre las cuatro selecciones más fuertes del mundo. Hubiésemos podido llegar más lejos, pero nuestra armadora, Jessica Tejada, se lesiona y no teníamos otra levantadora. Todo estaba planificado para llegar más lejos, pero solo llegamos al cuarto lugar; pero el premio individual que obtuve como la mejor defensa del Mundial, fue un gran regocijo para mí. Asimismo, logré que me hicieran un lugar entre el equipo ideal de las mejores jugadoras de dicho torneo.
¿Cuál crees que fue tu máximo logro con la Selección, o el que recuerdes con más cariño?
Lo mejor para mi durante mi carrera fue en la categoría Juvenil, cuando le ganamos en Caracas (1988) a la Selección de Brasil por 3 a 2; fue una satisfacción muy grande porque cuando era juvenil todos los premios que tenían que ver con defensa y recepción eran para mí. Asimismo, cuando me convocan a entrenar con Mayores era observada por Denise Fajardo, quien se sorprendía de mi defensa, eso hacía que yo confiara en mí, porque la persona que yo admiraba, por su juego y su defensa, estaba pendiente de mi desempeño.
¿Podrías mencionar los clubes que representaste durante tu carrera deportiva?
Yo he jugado por muchos equipos, mi primer equipo fue el JUCU, que significa Club Cultural Unido, este club solo pertenecía y participaba en la Liga de Lima; yo quería jugar en la Liga Superior pero no quería estar, todavía, en un equipo grande, por eso me fui al Real Independencia; cuando me di cuenta que tenía que seguir subiendo opté por integrar el equipo CCC de Toño Carrasco, que tenía un equipazo y le hacíamos pelea a todos los demás equipos.
Luego pasé al Alianza Lima, donde jugué muchos años, luego me fui al Cristal- Bancoper, luego al Regatas Lima, luego al Sipesa, luego al Circolo, donde me quedé por 8 años, luego al Alianza Lima y finalmente, regreso al Circolo, donde acabe mi carrera deportiva como jugadora.
Representando al Alianza Lima junto a Natalia Málaga, Gaby Pérez, Jéssica Tejada,
Sara Joya, entre muchas figuras del momento.
En el club Regatas Lima junto a figuras destacadas como Natalia Málaga,
Yulissa Zamudio, Miriam Gallardo, Marjorie Vílchez, Gisella Duarte, entre otras.
¿Cómo fue tu tránsito de jugadora de punta a líbero?
A raíz que me rompí el tendón de Aquiles decidí no jugar más como atacante y me dediqué a desempeñarme como líbero, posición que siempre había deseado y soñado y que nunca pensé se haría realidad, pues siempre entraba a la cancha para reemplazar a Gaby y a Miriam y me decía a mí misma “como no puedo entrar por todas las jugadoras atacantes que van atrás”.
Cuando salió lo del líbero no lo podía creer, por eso, lo disfrute tanto hasta el último día que jugué; al principio, me daba cólera que los entrenadores no se dieran cuenta de lo importante que es esta posición, y, aquí, en nuestra liga, ponían a cualquiera, por eso cada vez me esforzaba mas para que se den cuenta que ser líbero era muy importante y difícil y que cualquiera no podía desempeñarse como tal; después de muchos años, finalmente los clubs han estado poniendo a una jugadora que realmente ayuda y no hace el papel de relleno.
Me da mucho gusto retirarme y saber que mi posición soñada es respetada.
Muchas chicas que jugaron conmigo me piden que las ayude a ubicarse para defender como lo hago y siempre trato de ayudarles porque sé que en los clubs las líbero no tienen un espacio para poder entrenar correctamente.
Lo de líbero salió como prueba en las Olimpiadas de 1996 y desde entonces se oficializó, para mi suerte pude jugar un Pre-Olímpico y una Olimpiada como líbero, me hubiera gustado jugar mucho más pero en mi tiempo las jugadoras se retiraban muy jóvenes y yo estaba pasando de edad; yo sabía que podía dar más pero ya tenía que salir porque tenía 32 años, Gina y Denise se retiraron a los 26. Lo raro en esa época era que una jugadora de 30 este jugando todavía; sin embargo, participar en esas Olimpiadas me fortaleció mucho, porque veía mi nombre en las estadísticas de las mejores jugadoras, pues aparecía en el puesto 7 en recepción y en el puesto 8 en defensa; era la única peruana que figuraba en las estadísticas de las mejores hasta el ultimo partido que jugamos en las Olimpiadas.
Con el Club Circolo Sportivo Italiano
Todos conocemos tu habilidad para leer al adversario, siempre estás donde cae el balón, ¿cuál es el truco?
Carlos Aparicio siempre me decía que yo tenía la habilidad innata de defender y de ubicar el balón en las manos de la levantadora. Hoy en día el vóley es diferente, es de más fuerza y todas las jugadoras deben de aprender a defender. En el último año que jugué tuve que aprender técnicas que antes no conocía; incluso ahora, estoy aprendiendo mucho más sobre esta disciplina deportiva.
¿Cuál consideras que fue tu fortaleza para convertirte en una gran deportista? Algún comentario que pueda ayudar a nuestras nuevas promesas a superarse.
Lo que les puedo decir a las chicas es que todo lo que UNO se propone lo puede conseguir con disciplina, dedicación y decisión; me parece que de lo que las jugadoras peruanas hemos carecido y carecemos es de la falta de decisión… considero que a las voleibolistas de ahora tenemos que fortalecerlas mentalmente desde niñas, ello para que a la ahora de que tengan que representar al país, lo hagan sin dudas ni temores.
Tu nueva faceta como entrenadora ¿Qué expectativas te trae?
A las jugadoras que preparo les pido que sean jugadoras que tengan mucha responsabilidad y disciplina, que tengan en claro que con la última bola se hace punto, no se regala; de esa forma pienso, ahora que me desempeño como entrenadora; y pido que todas las alumnas que pasen por mi piensen igual si quieren triunfar en el vóley de hoy. Es muy difícil lo que me he propuesto pero estoy cansada de tener buenas jugadoras en el entrenamiento, pero que por sentirnos inferior en los momentos del partido, siempre caemos en unos vacios que no sabemos cómo salir; seguiré estudiando para poder ayudar a todas niñas que quieran jugar este lindo deporte.
¿El mejor regalo que te brindo el voleibol?
Después que recibí mi copa en el mundial juvenil de 1989 mi padre, Evaristo Vasconzuelo, me abrazó y me dijo que él sabía que me premiarían, mi padre, nunca me dijo nada durante tantos años jugando, y, esas palabras salidas de sus labios fueron la inyección que me incentivó a ser mejor cada vez y no parar de hacer sentir orgullosos a mis padres, y, que ellos se sientan felices de su hija.
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